“Entré por Bachillerato de Ingeniería Civil y fue una muy buena decisión para nivelar mis conocimientos y prepararme mejor para la carrera.
Siempre me atrajo la disposición de los profesores a innovar, a generar ese entusiasmo en nosotros, a mostrarnos que, pese a que no sería fácil, era posible si nosotros así lo queríamos y, sobre todo, que no existía una competencia entre alumnos, sino con nosotros mismos, y eso es gracias a que no existe un límite de cupos para entrar a ingeniería.
El ambiente me ayudó mucho con mi vida social hasta el día de hoy. Al ser menos personas, tienes la oportunidad de conocerlos a todos y generar lazos que quizás durarán hasta el final de la carrera”.